¿Cómo usar nuevas tecnologías en la educación?: educación tradicional vs. e-learning

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Introducción

Desde hace varias décadas, el mundo digital se insertó en nuestras vidas y transformó nuestros hábitos, costumbres y preferencias. La educación no se encuentra apartada de este contexto en constante cambio. En el ámbito educativo, se introdujeron las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), que permitieron crear nuevas formas y métodos de aprendizaje distintos de la educación tradicional. Esta nueva tendencia es lo que se conoce como e-learning. De acuerdo con su traducción literal al españolm significa “aprendizaje electrónico”, y se trata, según Julio Cabero, de un “tipo de formación que utiliza la red como tecnología de distribución de la información, sea esta red abierta (Internet) o cerrada (Intranet)”[1], en la que “la mayoría, si no toda, de la instrucción y de las pruebas se logran vía recursos accesibles en la Web”[2].

En contraposición, la educación tradicional se puede definir como aquella que requiere la presencia de alumnos en un cierto ámbito físico, donde se desarrollan otro tipo de interacciones. Si bien hoy en día este tipo de educación hace uso de ciertos recursos digitales, la condición necesaria para que se lleve a cabo es la interacción presencial, acompañando al estudiante a través de la observación de sus conductas y actitudes frente a ciertas tareas.

Esto quiere decir que hay dos modalidades de enseñanza con características y requerimientos distintos, lo que lleva a plantearnos si el uso de ciertos sistemas y soportes educativos podría brindar mejores herramientas que la educación concebida como tradicional a fin de elevarla hacia otro nivel, en el que la convergencia tecnológica esté más presente.

La educación presencial como punto de partida de la educación tradicional

Esta modalidad de enseñanza tiene su anclaje en la presencia de los docentes y los alumnos en un espacio físico compartido, donde la interacción es inmediata, poniendo en juego cierto tipo de percepciones relacionadas a las figuras de los docentes y los alumnos. Es completamente adaptable a cualquier tipo de contexto socioeconómico, ya que sus soportes son los tradicionales y no requieren de una gran inversión en cuanto a infraestructura tecnológica. También, utiliza recursos que son manejados por una cantidad más amplia de profesionales del área y con mucha más experiencia y comprensión del manejo de este tipo de educación. En casos más favorables, puede ser complementada con recursos digitales como la visualización de presentaciones y demás componentes multimediales (imágenes, videos, sonidos, etc.) acordes a la temática de la clase.

En este tipo de educación, el conocimiento es compartido para un grupo predeterminado de personas, en en que el docente tiene una cantidad de contenidos preestablecidos para enseñar y el alumno adopta, a veces, una actitud pasiva frente a esta situación. Los profesores determinan plazos y entregas en las que el soporte del papel es fundamental para que estas ellas se lleven a cabo[3.]

E-learning como respuesta a las necesidades del Siglo XXI

Los seres humanos necesitamos optimizar nuestro tiempo y hacer un uso más eficiente del mismo aprovechando todas las herramientas que la tecnología pone a nuestra disposición. Esta forma de aprendizaje requiere la existencia de métodos que varíen de acuerdo a los intereses y capacidades de las personas y que, a través de un docente-tutor, se monitoreen y pauten los plazos de aprendizaje de los alumnos. Para ello, se disponen mecanismos de consulta a través de foros o correos electrónicos como principal método de contacto continuo entre docentes y alumnos. Esta diversificación en la concepción de la enseñanza implica una adaptación de los métodos y recursos que se poseían hasta el momento. Por otra parte, este tipo de aprendizaje contribuye a la reducción de las barreras geográficas y temporales y fomenta la creación “comunidades de aprendizaje” que no están atadas a estos factores, sino a genuinos intereses compartidos.

“Desde la perspectiva de su concepción y desarrollo como herramienta formativa, los sistemas de e-learning tienen una dualidad pedagógica y tecnológica. Pedagógica en cuanto a que estos sistemas no deben ser meros contenedores de información digital, sino que ésta debe ser transmitida de acuerdo a unos modelos y patrones pedagógicamente definidos para afrontar los retos de estos nuevos contextos. Tecnológica en cuanto que todo el proceso de enseñanza-aprendizaje se sustenta en aplicaciones software, principalmente desarrolladas en ambientes web, lo que le vale a estos sistemas el sobrenombre de plataformas de formación”[4].

De lo afirmado por García Peñalvo se infiere que hay, en un principio, dos desafíos a resolver en la implementación de las nuevas tecnologías en la educación: el del manejo adecuado de tecnología por parte de los profesionales y el de la adaptación tecnológica a los requerimientos pedagógicos de los estudiantes.

Conclusiones

Resulta evidente que el e-learning es un método de formación que surge como consecuencia de la nueva concepción de la sociedad y de su vínculo con la tecnología. Es fundamental su aporte en la reducción de barreras temporales y espaciales así como también en la democratización de la información y el conocimiento fomentando la autonomía en el aprendizaje. Por otra parte, no se debe eliminar de este panorama que la generación de esta nueva dinámica (llevar a una nueva dimensión un espacio ya establecido y consolidado socialmente) requiere de un cambio en la concepción de la educación y del rol del docente, así como también de la disposición de recursos que permitan acceder a las nuevas tecnologías. Claro está que nos encontramos en camino a lograrlo, pero que aún falta un largo recorrido por hacer.

Es un método que es más viable para implementar (y experimentar) en la educación superior, en la que tanto jóvenes como adultos necesitan optimizar su tiempo debido a sus mayores responsabilidades y las instituciones académicas, y en la que los docentes tienen metas distintas en comparación con la educación básica. En el ámbito de la educación superior es completamente necesario que para implementar el aprendizaje electrónico haya docentes dispuestos a convertirse en docentes-tutores que acompañen el proceso, brindando herramientas  y formando profesionales a través de otro tipo de canales. 

Este tipo de aprendizaje en el nivel primario es más dificultoso de llevar a cabo. Tanto los niños como los adolescentes necesitan vincularse compartiendo un espacio físico con los docentes para vincularse con el hábito y el ámbito del estudio (más allá de la construcción de los niños como seres sociales), por lo que en este caso es más conveniente que se desarrollen nuevos métodos de educación tradicional a través de una visión curricular amplia, sin las limitaciones que denotan las enseñanzas por disciplinas y mediante estrategias creativas”[5], es decir que se produzca un cambio en enseñanza y atravesarla por el uso de las TIC’s, unificándose ambas modalidades en las aulas.

Fuente de la imagen.

Ensayo escrito en 2012 por Romina Nigolian para la materia Taller Multimedia, que dicto en la carrera Gestión de Medios y Entretenimiento, de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE, 2012).

Bibliografía

CABERO, Julio. Bases pedagógicas del e-learning, 2006. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC) Vol. 3, n.° 1. UOC.  Disponible en: http://www.uoc.edu/rusc/3/1/dt/esp/cabero.pdf

GARCÍA PEÑALVO, Francisco José. Estado actual de los sistemas e-learning, 2005. Universidad de Salamanca. Disponible en: http://campus.usal.es/~teoriaeducacion/rev_numero_06_2/n6_02_art_garcia_penalvo.htm

LITWIN, Edith. Diseño e implementación de propuestas en línea de educación a distancia, 2005. Disponible en: http://www.educ.ar Referencia: http://www.litwin.com.ar/site/Articulos3.asp

SCHELL, George. Student perceptions of web-based course quality and benefit, 2001. Education and Information Technologies. Vol. 6, n.º 2.


[1] Cabero, 2006, pág. 2

<strong2]Schell, 2001, pág. 95

[3] Cabero, 2006, pág. 4

[4] García Peñalvo, 2005

[5] Litwin, 2005

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