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Resumen
Charles Darwin, el padre de la teoría evolutiva moderna, publicó su obra fundamental, sobre el origen de las especies, en 1859. En ella, afirmaba que todos los organismos son, a fin de cuentas, producto de un largo y lento proceso natural de desarrollo o evolución. La teoría de la recapitulación afirma que la ontogenia recapitula la filogenia; pues bien, estos son los estados que la robótica está atravesando a lo largo de su desarrollo. En el año 2007, Bill Gates señalaba que la industria de la robótica se desarrollaba de la misma forma que lo hizo la industria de las computadoras 30 años atrás. Por tanto, si la evolución de los robots es análoga a la de las computadoras, es de esperar importantes retos sociales y éticos.
La literatura en roboética se remonta décadas atrás, pero es en los últimos años que han comenzado a explorarse los efectos reales de la incorporación de robots teleoperados, semiautónomos y autónomos en la sociedad, supuestos que crean un gradual conjunto de preocupaciones internacionales por el impacto de la robótica en la ética y la sociedad.
Palabras clave: autómata, robótica, roboética.
Sobre la autora
Nadia Lizdenny Deras. Pasante de Doctorado en Ciencias Administrativas en la Universidad Católica de Honduras “Nuestra Señora Reina de la Paz” UNICAH, (Honduras). Magister en Administración de Empresas con orientación en Gestión de la Calidad Total (UNICAH). Ingeniera en Ciencias de la Computación (UNICAH). Directora y docente de la facultad de Ingeniería en Ciencias de la Computación (UNICAH) en el campus San Pedro y San Pablo. Correo electrónico de contacto: nderas@unicah.edu.
1. Evolución histórica de la robótica
La historia de la tecnología no solo está basada en la maquinaria en sí misma, sino también en el impacto tecnológico, social y cultural que ha generado en la humanidad, de esta forma se resume la evolución de la robótica.
La palabra autómata cuyo significado es “con movimiento propio”, abre el abanico de la revolución tecnológica. Remontándose a la historia, Aristóteles y otros escritores clásicos mencionan seres autómatas, en la Ilíada y la Odisea se crean las jóvenes de oro y el héroe Creta que tiene cuerpo de bronce y está dotado de cierta inteligencia. La prehistoria habla de las estatuas de algunos dioses o reyes que expulsaban fuego de sus ojos, realizaban movimientos y emitían sonidos (Camille 2000).
De acuerdo a estos cuerpos en movimiento, surge otro aporte importante a través del perfeccionamiento progresivo de la mecánica del vuelo en el siglo V d.C. en donde Architas creó el modelo mecánico “la paloma voladora” (Alvarez 1980).
Estos primeros dispositivos de control se originan en las culturas helénicas y arábigas entre los años 300 a.C. y 100 d. C. las invenciones incluyen relojes de agua, lámparas de aceite, dispensadores de vino y tanques de agua con algún grado de control automático.
Posteriormente, los sistemas de control realimentado surgen con Herón de Alejandría en el siglo I d.C. gracias a sus contribuciones en el área de matemática, física e ingeniería, Herón escribió textos importantes como ser “Pneumática” en el que habla acerca de aparatos mecánicos operados con aire y la primera máquina de vapor de la historia llamada Aelópila. Por otro lado, en su texto “Autómata” describe aparatos usados en templos, como ser puertas que se abrían automáticamente, objetos que rotaban, que imitaban sonidos como el trueno y producían llamaradas entre otros. Sin embargo una vez que el imperio Romano cae se traslada el desarrollo a la península Arábiga, en donde Califa de Bagdad delega a los hemarnos Banu Musa la invención de aparatos, dichos hermanos escriben “el libro de los dispositivos ingeniosos”, en donde describen cien dispositivos de los cuales un cuarto de ellos son similares a los de Herón. Este libro fue inspiración para al-Razzaz al-Jazari quien publicó en el año 1206 “el libro del conocimiento de los dispositivos mecánicos ingeniosos” cuyo escrito fue la base para diseño de máquinas de vapor y motores posteriores (Weitz 2013)
Uno de los inventos más importantes de al-Jazari fue el famoso reloj de elefante, que consiste en un reloj de accionamiento hidráulico en la forma de un elefante, con el mismo el paso del tiempo fue más entretenido, con figuras en movimiento y un sonido cada media hora. Una reproducción moderna de este trabajo se puede encontrar como una pieza central en el Ibn Battuta Mall en Dubai (Al-Hassani, 2014).
Hacia el siglo XIII la tecnología de estos artefactos era bien conocida en occidente, lo único que se necesitaba para acceder a estos era dinero, ya que se consideraban juguetes de la nobleza. De esta época data también el llamado hombre de hierro de Alberto Magno y la cabeza parlante de Roger Bacon (Bueno 2004).
Alberto Magno fue de hecho considerado uno de los hombres más sabios e inquietantes de su época, ya que había construido un autómata que le seguía a todas partes como un criado, el mismo es considerado el antepasado del androide que respondía a las preguntas de invitados y realizaba cálculos. Algunos estudios relatan que su discípulo Tomas de Aquino lo quemó convencido de que era una criatura del demonio. (Gallo 2007).
Otro aporte importante fue el Gallo de Estrasburgo (1352), de autor desconocido. Es el autómata más antiguo que se conserva en la actualidad, y formaba parte del reloj de la torre de la catedral de Estrasburgo. Al dar las horas, movía las alas y el pico. Posteriormente en los siglos XV y XVI sobresale el León mecánico de Leonardo Da Vinci, que abría su pecho con la garra y mostraba el escudo de armas del rey (Ruiz 2007).
Imagen 1. León mecánico de Da Vinci.
Imagen 2. Réplica del Pato de Vaucanson.
Durante el Renacimiento, cuando fue redescubierta la cultura griega, los autómatas experimentaron un período de fuerte desarrollo. Los escritos científicos conservados por los árabes y bizantinos tuvieron importante influencia en los científicos del Renacimiento. Entre los estudios sobre el tema sobresalen los manuscritos relacionados con la idea de Leonardo de un robot guerrero medieval (1495) fruto de la investigación del canon de proporciones descrito en el famoso dibujo del “Hombre de Vitruvio”, misterioso robot humanoide, que realiza movimientos de mandíbula, brazos, cuello entre otros (Taddei 2007).
En el siglo XVII también sobresale el Holandés Cornelis Drebbel quien diseñó y construyó dispositivos como microscopios, estaciones de bombeo y el primer submarino y su fama se acrecienta con la “máquina de movimiento perpetuo”, que era un globo que se movía por diferencias de presión y temperatura, que mostraba la fecha, hora y fases de la luna. También construyó el primer regulador de temperatura (Zittel 2008).
En el siglo XVII y XVIII destacan otros autómatas con características de robot algunos de ellos desarrollados por relojeros, resaltan el Pato de Vaucanson y los muñecos de la familia Droz. El pato de Vaucanson caminaba y nadaba sin esfuerzo, aleteaba, comía y evacuaba, después de esta proeza Vaucanson construía un hombre artificial dotado de corazón, venas, intestinos pero murió antes de finalizar su obra (Gallo 2007).
En Japón, Hissashige Tanaka, creó los juguetes Karakuri, que eran artefactos que servían té, disparaban flechas y trazaban escritura japonesa (Jaramillo 2013).
En 1913, la industria manufacturera de Henry Ford introduce su línea de ensamblaje usando una cinta transportadora, por lo que los trabajadores no necesitaban moverse, sino solamente realizar tareas repetitivas. En 1934 un ingeniero llamado Willard Pollard Jr. registró la patente de un brazo de robot accionado eléctricamente para pintar con spray, a este instrumento se le llamó pantógrafo, sin embargo en ese momento no generó mucho interés. Por otro lado, uno de los robots mejor conocidos en esos tiempos fue Elektro, un robot humanoide construido por Joseph Barnett, ingeniero de Westinghouse Corporation. El humanoide realizaba movimientos diferentes, fumaba y caminaba, fue presentado en 1939 en la feria Mundial de Nueva York y debido a su éxito Elektro regresa a la siguiente feria acompañado de su mascota Sparko, un robot en forma de perro que ladraba y seguía instrucciones sencillas (Stefoff 2008).
En 1942, Isaac Asimov escritor de ciencia ficción establece las tres leyes de la robótica, aparecidas por primera vez en el relato Runaround (1942), que establecen lo siguiente:
1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño;
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley;
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley (Asimov 2004).
Imagen 3. Las leyes de la robótica de Asimov. Fuente: Roweena Morrill (GNU via Wikicommons).
Con estas tres leyes Asimov cambió por completo la percepción del comportamiento de los robots. Una cuarta ley establece que:
4. Un robot no puede lastimar a la Humanidad o, por falta de acción, permitir que la humanidad sufra daños.
Considerada la ley Zeroth de la robótica, por lo que la primera ley debería decir:
1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño, a menos que tal acción viole la ley Zeroth de la robótica (Asimov 2013).
La década de los 40 se caracteriza por avances en el campo de las matemáticas y el desarrollo computacional, la calculadora electromecánica Mark I y mísiles. Sin embargo en esta década es importante la figura de Raymond Goertz quien junto con sus compañeros diseña el primer brazo articulado tele-operado para la Comisión de la energía atómica, de esta forma los avances continúan en la década de los 50 y 60 cuando en 1952 el matemático Húngaro americano John von Neumann construye la computadora digital y por su parte el inventor americano George Devol diseña el primer robot programable comercial y posteriormente funda la primera empresa de robótica de la historia llamada “Unimation”, la década de los 50 finaliza con broche de oro con la fundación del laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y con el patrocinio del gobierno norteamericano en la industria robótica de naves espaciales para estudiar la tierra y explorar el sistema solar, el cierre de esta década impulsa los años 60 en donde la NASA tiene un protagonismo excepcional gracias a los avances de las naves y robot espaciales (Angelo 2007).
Señala Ángelo en su libro, que en la década de los 70 las misiones de los soviéticos y estadounidenses se intensifican en el campo de la astronomía, usando robots vehiculares y la industria del cine aporta un universo de fantasía y ciencia ficción sugestionando que el futuro podría ser con robots muy inteligentes, ejemplo de ello “Starwars”. Por otro lado las universidades de Stanford y MIT proponen controlar robots por computadora y la introducción del microprocesador reduce el tamaño de los robots. Por su parte Unimations presenta PUMA un robot que rápidamente se convierte en un estándar comercial. Por su parte en Japón se formaba la primera asociación robótica del mundo: “la asociación de robótica industrial de Japón (JIRA)” en 1972 y dos años después se establece el Instituto de Robótica de América (RIA), posteriormente llamado Asociación de Industrias Robóticas. En 1973 KUKA Robótica construyó su primer robot, conocido como FAMULUS, primer robot articulado de seis ejes electromecánicamente impulsado.
En 1984, la empresa Robot Defense Systems introduce el Prowler (Programmable Robot Observer with Local Enemy Response). Este sería el primero de los robots con fines militares.
En la década de los 90 sobresalen los avances en tele operación, y la primera operación quirúrgica sobre un humano utilizando un robot (1993), finalmente dando paso al nuevo milenio se inicia la comercialización masiva de la aspiradora robótica denominada Roomba, sobresale también en estos años el avance acelerado de la robótica como sistema autónomo y la profundización en aspectos sociales y cognitivos, por lo que los eruditos no han hecho esperar su pronunciamiento en relación a los aspectos éticos-tecnológicos (Barrientos & Balaguer 2007).
2. Conceptos teóricos
El presente apartado muestra una serie de significados, organizados por el orden de aparición en diferentes contextos.
2.1. Autómata, androide, robot, cyborg
Los autómatas gozaron de un gran auge a partir de la Edad Media, los mismos carecían de aplicación científico – práctico, más bien eran utilizados como objetos de diversión.
La palabra autómata, proviene del griego αúτó µατος (espontáneo o con movimiento propio), significa: “Instrumento o aparato que encierra dentro de sí el mecanismo que le imprime determinados movimientos”. Autómata en su segunda acepción significa: “Máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado” que puede tener la forma de un animal o en el caso de tener forma humana se denomina androide.
Los androides (de “andros”= hombre y eides = forma, en griego) se refieren a los autómatas de apariencia humana que van surgiendo sobre todo a partir del siglo XIX.
La palabra robot es derivada del Checo “robota” del antiguo eslavo y que significa “esclavo” o bien “trabajo”. Este término acuñado por Karel Čapek y que aparece por primera vez en su obra de teatro R.U.R. (Robots Universales Rossum). Čapek admite que el verdadero inventor de la palabra robot fue su hermano Josef, pues Čapek originalmente deseaba llamarlo “labors” (trabajador) una versión de la palabra latina labour. (Voyen, 2008)
La palabra cyborg se forma a partir de las palabras inglesas Cyber(netics) Organism (organismo cibernético) y se utiliza para designar una criatura medio orgánica y medio mecánica, generalmente con la intención de mejorar las capacidades del organismo utilizando tecnología artificial.
2.2. Robot industrial
La Organización Internacional de Estándares (ISO:8373) define al robot industrial como: “ Manipulador multifuncional reprogramable con varios grados de libertad, capaz de manipular materias, piezas, herramientas o dispositivos especiales según trayectorias variables programadas para realizar tareas diversas.”
Otras definiciones proporcionadas por Robot Industries Association (RIA), la European Commision (EC) y la International Federation of Robotics (IFR) coinciden que un robot es una maquina con autocontrol equipada para manipular de acuerdo a posiciones y trayectorias programables.
2.3. Clasificación
El departamento de estadística del International Federation of Robotics (IFR) agrupa la industria de la robótica en dos grandes áreas:
1. Robots industriales, con impacto significativo en áreas de automatización, e incluye robots manipuladores secuenciales (pick and place), robots de control numérico con integración sensorial pero sin planificación automática y robots inteligentes que debido a las técnicas de inteligencia artificial incorpora el análisis del entorno para toma de decisiones autónomas.
2. Robots de servicio, con un impacto significativo en áreas como la agricultura, la cirugía, logística, defensa y aplicaciones bajo el agua, por lo general bajo la categoría de tele-operados.
Sin embargo, esta clasificación, en forma general, puede estructurarse de acuerdo al siguiente cuadro:
Tabla 1. Clasificación de los robots. Elaboración propia.
De acuerdo Lin, Abney y Bekey, los robots han sido creados para actuar en los famosos trabajos denominados las “tres D “: Dull, Dirty, Dangerous. Es decir han sido diseñados para las tareas aburridas, sucias y peligrosas, los robot de fábrica pueden ejecutar una y otra vez una tarea con la misma precisión sin queja alguna, los vehículos aéreos no tripulados de vigilancia (UAV) realizan cualquier cantidad de horas de vuelo que no serían soportadas por un piloto, los robots inspeccionan tuberías, alcantarillas, exploran volcanes, limpian sitios contaminados, desactivan bombas, realizan cirugías delicadas, se desplazan en lugares inaccesibles, por lo que nos encontramos con los robots en una amplio rango de roles, como ser servicio, seguridad, investigación y educación, entretenimiento, médicos y cuidados de la salud, cuidado personal y compañeros de viaje y finalmente en medio ambiente. Todas estas áreas han hecho que algunos países del primer mundo reemplacen a seres humanos por robots, ejemplo de ello Japón en donde la creciente población de ancianos y la disminución de la tasa de natalidad reflejan un problema de fuerza laboral que ha disminuido con el uso de robots. Así mismo Japón junto con Corea del Sur lideran el mercado de los robots sociales para el cuidado de ancianos, por su parte Estados Unidos domina en el mercado de la robótica militar. (Lin, Abney, & Bekey, 2011).
4. Los robots en el mundo
Las estadísticas de la Federación Internacional de Robótica, señalan el incremento del uso de robots industriales por país. En 2012, la República de Corea alcanzó la densidad de robots más alta del mundo. Por 10.000 empleados, 396 robots industriales estaban en funcionamiento, Japón se mantuvo en 332 unidades y Alemania 273 unidades. De un total de 45 países encuestados, 11 tienen una densidad de robots entre 103 (Canadá) y 164 (Suecia), y 6 países de 60 (República Checa) a 84 (Países Bajos). La densidad de robots de los restantes, están por debajo de la media mundial. La densidad media de robots en el mundo era de unos 58 robots por cada 10.000 empleados en 2012. Japón, Estados Unidos, República de Corea y Alemania representan el 50% del mercado global de robots. En 2013 la venta de robots industriales se incrementó en un 12% respecto al año anterior. Por otro lado en los robot de servicio, dedicados a servicios médicos incrementa en porcentajes limitados (2%), contrario a los dedicados al mercado de entretenimiento y uso doméstico que incrementaron en un 20% respecto al 2011. (International Federation of Robotics, 2013)
Sin embargo, Transparency Market Research estima que el mercado mundial de sistemas de robótica médica, gracias al área quirúrgica, crecerá a una tasa de crecimiento anual compuesta del 12,6% desde 2012 hasta 2018 para llegar a USD 13,64 mil millones en 2018 (Virk, 2013).
Por otro lado, según datos de la Real Academia de Ingeniería (RAI) y de acuerdo a Juan Luis Elorriaga, Presidente de la Asociación Española de Robótica y Automatización (AER-ATP), España es la octava potencia mundial en parque de robots industriales, de los cuales más de la mitad pertenecen a la industria automovilística. Elorriaga indica además que España ocupa el quinto lugar en cuanto a densidad de robots y ha destacado el ejemplo de las plantas automovilísticas españolas que “están todas automatizadas, por lo que son plenamente competitivas”. (Vila, 2014)
En esta misma industria, China se revela en 2013 como el país con mayor crecimiento según la IFR, la nueva planta de KUKA Roboter GmbH en este país comenzó su producción con el cambio de año y cuenta con 350 puestos de trabajo y una capacidad de 5000 robots al año. Con una superficie de 20.000 metros cuadrados, esta nueva planta de KUKA Roboter GmbH en Shanghai alberga la producción, directamente en China, de robots industriales y sistemas de control KUKA para el mercado asiático.
Imagen 4. KUKA Roboter, Shangai.
5. Implicaciones éticas
La ética es la ciencia que estudia el comportamiento moral del hombre y su accionar. Todo avance es percibido de forma ambivalente: como sublime y, a la vez, nefasto y bajo este manifiesto en relación a tecnología y ética, se pueden considerar aspectos fundamentales que incluyen el uso responsable de los objetos tecnológicos, cómo tratar a los objetos tecnológicos complejos y la interacción de estos objetos con el ecosistema. (Moriello, 2007)
Es importante reconocer que la revolución en el desarrollo económico, social y tecnológico trae consigo consecuencias y transformaciones, actualmente se vive la época de la revolución científica técnica, en donde se presentan problemas como el desempleo, la desintegración familiar, problemas económicos, consumismo, colonización tecnológica, deterioro del medio ambiente y espionaje (García & Ximénez, 2010).
Dentro de esta revolución científica, el uso de robots en entornos humanos sigue siendo una meta de los científicos, inclusive de novelistas de ciencia ficción y cineastas. El objetivo es que los robots sean capaces de comunicarse, cooperar, colaborar, y convivir con los humanos. De hecho en la actualidad los robots ya forman parte de los hogares ayudando a ancianos, o en el espacio como socios de cooperación para astronautas. Sin embargo, un problema clave sigue en estudio y está relativamente inexplorado: el aprendizaje social, la inteligencia social, elementos cruciales para la aplicación con éxito de los robots en situaciones cotidianas (Lockerd, 2014).
Este punto de estudio se enmarca en el territorio de la inteligencia artificial. El filósofo David Chalmers divide los problemas de la inteligencia artificial en fáciles y difíciles. Los problemas fáciles son aquellos destinados a crear máquinas que puedan imitar las habilidades humanas, como jugar ajedrez y reconocer patrones entre otros, y los problemas difíciles son crear maquinas capaces de comprender sentimientos y sensaciones subjetivas, llamados “qualia”. ”Algún día, cuando los robot superen nuestra habilidad para manipular estas palabras y sensaciones, será irrelevante si el robot las “comprende o las siente”. La cuestión dejará de tener importancia. Para el matemático John von Neumann, “en matemáticas no comprendes las cosas. Te acostumbras a ellas” (Kaku, 2014).
Este aprendizaje de la inteligencia artificial dentro del contexto cualitativo, reafirma la paradoja de Moravec, que indica que el pensamiento razonado humano (el pensamiento inteligente y racional) requiere de poca computación, mientras que las habilidades sensoriales y motoras, no conscientes y compartidas con otros muchos animales, requieren de grandes esfuerzos computacionales. Este principio fue postulado por Hans Moravec, Rodney Brooks, Marvin Minsky y otros en la década de los 80. Como Moravec dijo:
«es fácil comparativamente conseguir que las computadoras muestren capacidades similares a las de un humano adulto en tests de inteligencia, y difícil o imposible lograr que posean las habilidades perceptivas y motrices de un bebé de un año». (Moravec, 1990)
Por su parte el físico nuclear y premio nobel de la paz, Józef Rotblat señalaba repetidamente en las conferencias de Pugwash que “las computadoras pensantes y los robots dotados de inteligencia artificial se pueden autoreplicar. Y una descontrolada auto replica es uno de los peligros de las nuevas tecnologías”.
De estos puntos expuestos, surge la importancia de la ética en los robots. El concepto de roboética fue establecido en 2002 por Gianmarco Veruggio de la escuela de robótica de Génova, Italia. Veruggio comenta que:
“La robótica es una nueva ciencia con numerosas aplicaciones, que puede ayudar a la humanidad y resolver muchos, muchos problemas. Sin embargo, como en todos los cambios de la ciencia y la tecnología, siempre surgen áreas delicadas, por lo cual los científicos que laboran en este campo tienen la responsabilidad de enfrentar la nueva diversidad de problemas sociales y éticos.”
De acuerdo a Veruggio estos problemas potenciales de la robótica se pueden visualizar en diferentes campos:
Economía: las maquinas han reemplazado a las personas en variedad de empleos, y la tendencia es al incremento ya que las maquinas cada día son más inteligentes.
Sociedad: la dependencia y adicción a la tecnología de los robots podría será más peligrosa que la de la televisión, internet y videojuegos.
Salud: la ética médica empieza a investigar los progresos de cirugías a través de robots, bio-robótica y sistemas híbridos entre otros.
Falta de acceso: el excesivo o incorrecto planteamiento de máquinas inteligentes reduce la competencia comercial y hace que los productos de robótica sean más caros.
Abuso deliberado/terrorismo: los robots tienen un efecto dramático en la lucha militar.
La ley: la responsabilidad por las acciones realizadas por robots.
Todos estos campos demandan atención inmediata especializada y las empresas temen que indagar en temas más allá de lo que se requiere legalmente les comprometa y abra nuevas posibilidades de litigios. (Veruggio, 2005)
Por tanto, uno de los cuestionamientos es que las organizaciones se involucran en la ética sólo como parte de una lista de verificación de relaciones públicas, “para mostrar que se preocupan” (Lin & Selinger, 2014).
En el año 2004, durante el primer simposio internacional de roboética, en donde participaron filósofos, juristas, sociólogos, antropólogos y moralistas, se pudo claramente identificar las principales posturas éticas al respecto, identificando de estos grupos, los que no están interesados en la ética, los que están poco interesados en este tipo de interrogantes y los que están muy interesados.
Independientemente del interés empresarial y posturas éticas, Lin, Abney y Bekey investigadores de ética en los robots han realizado un mapa general de las tres grandes áreas de preocupación ética y social que proporcionan preguntas representativas para cada área
Imagen 5. Drones con sistema integrado de visión nocturna.
Seguridad y errores: en primera instancia se espera que las tecnologías sean seguras, sin embargo es claramente observable que las mismas pueden estar susceptibles al error humano ya que los científicos de las ciencias de la computación intentan crear una compleja pieza perfecta en millones de líneas de código, en las que un pequeño fallo puede llevar a resultados fatales, ejemplo de ello en agosto de 2010, los militares de Estados Unidos perdieron el control de un helicóptero no tripulado durante un vuelo de prueba durante más de 30 minutos, desviando el mismo hacia Washington DC y violando las restricciones del espacio aéreo destinados a proteger la Casa blanca y otros activos gubernamentales, en octubre de 2007, un cañón robot semiautónomo desplegado por la armada Surafricana funcionó mal, matando a nueve soldados “amigables” e hiriendo a otras 14 personas. Aunado a esto surge la preocupación de los hackers que podrían mal intencionadamente volver un robot amigable en nuestra contra.
Ley y ética: de acuerdo al riesgo de error surge el siguiente dilema, quien es el responsable de los daños. Con los robots militares, por ejemplo, hay una lista de protagonistas a lo largo la cadena de suministro que pueden ser considerados responsables: el programador, el fabricante, el equipo legal de armas, el oficial de adquisiciones militares, el comandante de campo, el manipulador del robot, e incluso el presidente, ya que es el comandante en jefe. Por tanto en la medida que son más autónomos no es lejana la posibilidad de responsabilizar al mismo robot. Otra área relevante de la ley refiere a la vida privada, la preocupación se acrecienta ya que los dispositivos de espionaje son cada vez más discretos, la seguridad se incrementa a expensas de la vida privada (cámaras de vigilancia y leyes de escucha telefónica), aviones espía y bases de datos. Es por tanto esto un desafío de jurisdicción internacional, ejemplo de ello los aviones robot autónomos (drones) son una controversia de derecho internacional puesto que los Estados Unidos asume que sus ataques de “Predator” en Pakistán son legales, mientras que muchos otros países no están de acuerdo. Esta disociación se observa también entre japoneses y estadounidenses, donde las sensibilidades morales acerca de dejar el cuidado de las personas mayores sólo en manos (o brazos extensores) de robots, es una disyuntiva.
Imagen 6. Mosquito dron.
Impacto social: la revolución de la robótica crea en el mundo obrero la inquietud acerca de la pérdida de puestos de trabajo, en donde las tareas repetitivas y aburridas son mejor realizadas por sistemas automatizados, la tendencia afirma que la fuerza de trabajo debería por tanto dedicarse a actividades con mayor ventaja competitiva, sin embargo esta teoría es poco consoladora ya que la sustitución de médicos por robot indican que esta área también es fácilmente cubierta por los mismos, es más, la pérdida de los puestos de trabajo también puede significar la pérdida gradual de la habilidad o el conocimiento. Esta dependencia nos hace más frágiles a eventos críticos en el sistema tecnológico, en otra instancia por el lado afectivo, se ha visto a soldados sollozar ante un robot que les ha salvado la vida, esto podría también ser tema de debate social. Finalmente, también se estudia el impacto para el medio ambiente por el desperdicio electrónico y por la cantidad de radiación generada. (Lin, Abney, & Bekey, 2011).
Por otro lado, en las formas más conservadoras de la reflexión teológica, el desarrollo tecnológico es con frecuencia visto como una “pendiente resbaladiza” a una variedad de males, en particular la degradación de la persona humana y su dignidad. Esta preocupación y a veces el rechazo de las nuevas tecnologías está acoplado con frecuencia con el cargo de “jugar a ser Dios”. Existen dos ópticas teológicas sobre la personalidad humana en relación a la tecnología, los que tienden a favor del desarrollo y la utilización de la tecnología para mejorar la vida humana, cuyo objetivo común es el de “co-creador creado”, un término acuñado y desarrollado por el teólogo luterano de la ciencia Philip Hefner. Y los que han preferido no escribir sobre robótica, sino más bien se centran en las tecnologías, como la genética y los cambios en las personas humanas existentes en lugar de imaginar la creación de personas jurídicas, esta corriente tiene como uno de sus máximos representantes a Brent Waters, quien acuña términos como “finitud y mortalidad”. Bajo estas perspectivas y de forma independiente a las diferentes ópticas, la ética como principio universal debe hacer entender que las tecnologías son simplemente herramientas que se pueden utilizar tanto para bien y para mal, por lo que la visión cristiana se debe pronunciar como instructivo acerca de los usos y abusos de la misma. (DeBaets, 2012).
Por tanto el estudio de estos elementos no se hace esperar, prueba de ello ha sido la adquisición del robot NAO para la clase de ética de las tecnologías emergentes por parte de Southern Evangelical Seminary & Bible College (SES), en Carolina del Norte, en donde el profesor Kevin Staley explica que desea que los estudiantes piensen acerca de las relaciones humano-máquina, unido a lo que podría causar deshumanización, y que los estudiantes respondan preguntas como ser: ¿deberían los robots hacer nuestro trabajo?, ¿deberían cuidar humanos en hospitales o asilo de ancianos?, cuidados de este tipo.. ¿Restaran la humanización y finalmente podrían convertirse en una violación ética a nivel humano?, ¿Qué tanto deberían utilizarse los robots dentro de los límites de la ética?. Los robots han sido utilizados en prestigiosas universidades de investigación pero nunca en seminarios, sino hasta este momento. SES ha nombrado a su robot D.A.V.I.D. (Digitally Advanced Virtual Intelligence Device, Unidad Digital de Inteligencia Virtual Avanzada). Nombre que simboliza al famoso David de Miguel Angel, el ideal humanístico del hombre. (Southern Evangelical Seminary and Bible College, 2014)
En forma global, un equipo internacional de científicos y académicos –pertenecientes a EURON (EUropean RObotics research Network) trabajaron en algunos principios de código de ética que recomiendan:
1. Asegurarse el control de los humanos sobre los robots. Prevenir su utilización nociva o ilegal.
2. Proteger los datos obtenidos por los robots.
3. Rastrear y grabar la actividad de los robots.
4. Brindar una identificación única a cada robot.
En la conferencia internacional de robots humanoides de la IEEE disertó el teólogo José María Galván y Paolo Darío de arts Lab, Galván habla acerca del concepto de tecno ética y Darío señala la importancia de construir robots que cooperen con los humanos. Los estudiosos siguen divididos en bandos de acuerdo al interés que les compete sin tener a este tiempo resultados contundentes de los daños de la revolución tecnológica en el ser humano, todo esto debido a la falta de estudios de investigación en estas áreas ya sea por intereses particulares o por su relativa novedad. Resultados de investigación como ser el daño psicológico que puede surgir a partir de la sustitución de las relaciones humanas por las relaciones con robots o el daño en el medio ambiente por el desperdicio electrónico, son aun conjeturas nada más.
Esta nueva fuente de estudio científico ha dado lugar a investigaciones técnicas, sociales, culturales, políticas y éticas que no son excluyentes, ejemplo de ello, Susan Anderson filosofa y Michael Anderson científico de la computación, esposos e investigadores del campo denominado ética de la máquina, han programado un robot para comportarse éticamente bajo la filosofía de David Ross, quien en 1930 introdujo el enfoque de ética de los deberes llamado Prima facie (del latín a primera vista), en la que una persona tiene que equilibrar muchas obligaciones (ser justo, mantener promesas…) diferentes para decidir cómo actuar en una manera moral. Los Anderson sostienen que los robots que han sido programados para comportarse éticamente podrían incluso inspirar seres humanos a comportarse más éticamente (Buckley 2010).
En palabras de Isaac Asimov: “El más triste aspecto de la vida ahora mismo es que la ciencia alcanza el conocimiento más rápido que la sociedad alcanza la sabiduría”.
6. Reflexiones finales
La ética no establece solamente lo que se debe o no hacer, sobre todo cuando el ámbito es ética de la tecnología, debido a que las respuestas a las preguntas imperiosas tienden al conflicto porque la ley no lo tiene definido, porque las aplicaciones de las nuevas tecnologías no son claras; y porque el conflicto de valores sociales y políticos se vuelve ambiguo, todo esto a raíz del enfrentamiento de nuevas formas de vida, por lo que los comité de ética de la tecnología internos y externos pueden ser una panacea para evitar conflictos.
Dado que las investigaciones científicas y los objetos tecnológicos tienen el poder de afectar a toda la humanidad, las decisiones sobre su curso actual y futuro no deben involucrar únicamente a los científicos, los empresarios y los gobernantes. Es necesario que la mayoría de la gente tenga una participación activa a fin de fijar los límites adecuados, los grupos multidisciplinarios proporcionan luces anticipadas al cambio.
“Es el cambio, continuo e inevitable cambio, el factor dominante en la sociedad actual. No se puede tomar más una decisión sensata sin tomar en cuenta no solo el mundo como es, sino el mundo como será…” (Isaac Asimov).
7. Bibliografía
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- Asimov, I. (2013). Robots e imperio. Barcelona: De bolsillo.
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